Eugenio Derbez, el reconocido actor mexicano, ha dado mucho de qué hablar luego de que circulara en redes sociales un video en el que se muestra cómo sus colegas estadounidenses no logran pronunciar correctamente su nombre.
En el video, explica que durante la filmación de la película Milagros del Cielo, hace un recorrido por el set y pregunta a sus compañeros cómo pronunciarían su nombre. Uno tras otro, los actores norteamericanos se equivocan en la pronunciación de “Eugenio”.
A pesar de que Jennifer Garner, coprotagonista de la película, logró pronunciar de manera aceptable el nombre del actor, su actitud poco atenta y amigable hacia Derbez opacó su logro.
También explicó que para los norteamericanos es difícil pronunciar su nombre debido a que no están acostumbrados a la combinación de las vocales “eu”. Sin embargo, esto no es excusa para el actor, quien se mostró decepcionado por la actitud de algunos de sus compañeros y de Garner.
Derbez recordó la relación que mantuvo con la mamá de Aislinn Derbez, Gabriela Michel, en una reciente entrevista para el canal de YouTube de su hija, “La magia del caos”.
A pesar de que el comediante reconoció que la relación fue muy tormentosa y sufrió mucho, también afirmó que gracias a ella forjó su carácter y se convirtió en un hombre trabajador.
Durante la entrevista, Aislinn Derbez mostró a su padre una fotografía de su madre y le preguntó por los buenos recuerdos que tenía de su relación. Eugenio recordó que se conocieron cuando él tenía 20 años y Gabriela era una mujer muy guapa y de carácter muy fuerte.
Relató cómo Gabriela le advirtió que si quería visitarla en su casa, tenía que cooperar con la mitad de la renta. “Me empoderó de alguna manera porque era yo su novio y me decía: ´-Aquí no es hotel, si quieres venir aquí a visitarme vas a tener que pagar la mitad de la renta´, pero yo decía ´-Es que yo estudio, yo no trabajo, vivo con mis papás ¿de qué me hablas?”, recordó.
Además, Eugenio Derbez confesó que fue gracias a Gabriela Michel que se convirtió en un hombre trabajador. Cuando eran jóvenes, Gabriela le advertía que sin trabajo y sin aportar dinero a su casa no tendrían una relación.